De vuelta en Berlin, aproveché para hacer uno de mis planes favoritos de martes: compra semanal en el mercado turco. Una vez más a lomos de mi bici, que me lleva a cualquier lugar que quiera y desde la cual siempre tengo una de las mejores vistas de la ciudad. Ah! Y además, con una compañera de expedición inmejorable, mi trocito de sirtaki en Alemania.